jueves, mayo 21, 2009

Danger Mouse & Sparklehorse (¡y David Lynch!) - Dark Night Of The Soul

Durante el festival South by Southwest 2009 comenzó a circular un póster que aparentaba anunciar el próximo lanzamiento de una película más que cualquier otra cosa. En el cartel se leía el título Dark Night Of The Soul, y entre los créditos (con letras delgadas y muy juntas, al estilo tradicional de los carteles hollywoodenses) resaltaba el nombre de David Lynch como encargado de los “visuales”. Este misterio rondó los medios durante un par de semanas, hasta que por fin se reveló el enorme proyecto detrás de aquel primer teaser.

Dark Night Of The Soul es un proyecto creado por Danger Mouse (la mitad detrás de los botones en Gnarles Barkley) y Sparklehorse. Ya habían trabajado juntos en el último álbum de Sparklehorse y desde entonces tenían la ambición de llevar a cabo un proyecto que juntara a diversos vocalistas y que tuviera como principal atracción la participación del misterioso cineasta David Lynch en la fotografía del arte que acompaña el álbum.

La dupla compuso 13 canciones pensadas para específicos vocalistas de renombre, entre los cuales destacan Iggy Pop, Wayne Coyne de los Flaming Lips, Julian Casablancas de los Strokes, Nina Persson de los Cardigans, James Mercer de los Shins, Gruff Rhys de Super Furry Animals y Francis Black de los Pixies, resultando en una gama bastante amplia de estilos vocales. Vaya, hasta el mismo David Lynch presta su voz para dos de los tracks más oscuros del disco.

El resultado es un álbum altamente hipnótico de principio a fin, por momentos rockero y por momentos lúgubre, logrando un equilibrio bastante interesante. Dark Night Of The Soul es, sin duda, uno de los discos que hay que escuchar con atención este verano.

Lo mejor de Dark Night Of The Soul: Pain (ft. Iggy Pop), Insane Lullaby (ft. James Mercer), Dark Night Of The Soul (ft. David Lynch) y Little Girl (ft. Julian Casablancas).

martes, mayo 19, 2009

Mastodonte titánico

Mastodon - Crack The Skye


La titánica banda de metal Mastodon nos vuelve a regalar parte de esa maestría que los llevó a que muchos los reconocieran como la mejor banda de metal de todo el mundo. Habrá quien no esté del todo de acuerdo con esta afirmación y diga que Trivium, Lamb Of God o incluso los difuminados Metallica son la más grande banda de metal de nuestro presente. Tendrán o no razón, pero lo que es indiscutible es el talento de los hijos pródigos de Atlanta.

El cuarteto, conformado por Brann Dailor (batería), Brent Hinds (voz y guitarra), Bill Kelliher (guitarra) y Troy Sanders (bajo), nos vuelve a deleitar con Crack The Skye, su cuarta producción de estudio, tras Blood Mountain, lanzado en el 2006.

En este material, un poco más tétrico que los materiales anteriores, presenta terrenos sonoros amplios y profundos, que dan una sensación de claustrofobia espaciada, si es que existe tal cosa. Los sonidos son más crípticos y las melodías vocales evocan los antiguos coros religiosos, que fuera del contexto de sus monasterios, suelen ser lo suficientemente tenebrosos como para que... bueno, como para que Mastodon los incluya en sus grabaciones.

La mezcla general está tan bien lograda que las atmósferas espaciales armadas por los de Georgia casi se logran ver en alta resolución, millones de luces y colores. Extrañamente, los momentos más escabrosos ocurren durante las canciones y no durante los temas instrumentales. Bastante al contrario, los temas instrumentales son mucho más explosivos y emocionantes.

El álbum, que consiste de 9 tracks, entre ellos dos instrumentales (Oblivion y Divinations, que también están incluidos con banda completa), termina demasiado pronto a pesar de The Czar (10:54) y The Last Baron (13:01). Esto sólo puede reflejar una cosa: la continuidad dentro del disco es impecable. Casi no se notan los cambios entre canciones, mas no cansan. De hecho se puede escuchar la versión instrumental de Oblivion o Divinations y enseguida la versión con la banda completa y pareciera que es tan sólo una introducción a la canción en sí.

Es raro encontrar en estos días una banda de metal que no se fusione con el metal-core, incluyendo gritos y ruido - a veces innecesario. Mastodon es una de esas bandas. En este disco no hay un solo grito, sólo vocales estudiadas, armónicas e incluso melódicas. Segundas voces opacas, las dos guitarras complementándose perfectamente con el bajo y la batería inyectando la dosis exacta de explosión en el momento justo.

Es uno de los mejores discos de metal que he escuchado desde hace mucho tiempo (posiblemente desde el 10,000 Days de Tool [2006] o el The Poison de Bullet For My Valentine [2005]) junto con el Shogun de Trivium (2008), así que desde luego es una recomendación inmediata para todos los amantes de lo oscuro, lo pesado y lo talentoso.

Tracks Recomendados: Oblivion, Divinations, The Czar, Crack The Skye y The Last Baron.

4.5/5

lunes, mayo 18, 2009

Renovados pero con experiencia

Taking Back Sunday - New Again


Regresa el quinteto de Jersey después de tres años de ausencia con su nuevo material, New Again, y tras tres años de cambios: se fue Fred Mascherino para formar su propia banda The Color Fred (bastante decepcionante, y no sólo por la calidad de su nuevo proyecto, sino por las declaraciones que ha hecho tras su partida, y sobre las cuales trata la canción Capital M-E en éste álbum) y entró en su lugar Matt Fazzi, cuyas contribuciones en este álbum son mínimas o al menos no destacan. En estos tres años también la escena musical ha cambiado, y por supuesto que se ve reflejado en su renovado sonido, aunque han mantenido la línea evolutiva que traían desde Louder Now (2006, *****) y Where You Want To Be (2004, *****). El disco estará disponible a partir del dos de junio en Estados Unidos y Gran Bretaña. A continuación una primera lectura.

New Again es un compilado de 11 canciones nuevas que aún llevan la fina estampa de TBS en su sangre, a pesar de que hay canciones - como la portavoz New Again - que suenan a algo completamente distinto, tal vez a manera de preámbulo a lo que será su siguiente paso evolutivo.

A diferencia de Matchbook Romance, que evolucionaba según lo hacía su entorno con resultados demasiado dramáticos de un paso al siguiente, Taking Back Sunday lo lleva tranquilamente. El liderazgo de Eddie Reyes y el estatus ya firme de una banda que ha tocado al lado de Metallica, My Chemical Romance y Paramore por igual, da para no desesperarse y seguir firme en su rumbo, lo cual se agradece enormemente.

Swing, por ejemplo, es un track que mantiene la energía del Taking Back Sunday de siempre, aunque con una madurez notoria desde sus días emo en Tell All Your Friends (2002, ****). La madurez lírica y musical que TBS ha manejado a lo largo de su evolución natural ha sido siempre para bien, y parece seguir siendo el caso. Las letras no son - desde hace tiempo - de adolescente maniático, sino ya cuentan con una experiencia de años y ya pueden darse el lujo de pensar que hay cosas más importantes en el mundo que el hecho de que una chica te mande a plantar ejotes.

A pesar de ello, hay momentos en los que su evolución también es un tanto precipitada, como en Sink Into Me, que, aunque no es mala, no suena al Taking Back Sunday que los fans han aprendido a seguir y tolerar, usando tonos fiesteros en un ambiente de ruido y disonancia que tal vez no es lo que mejor les queda. Es curioso que éste sea el primer sencillo.

Lo que no se puede negar es que cada vez suenan mucho mejor amarrados - a pesar de la gran producción -, lo cual se puede notar en sus presentaciones en vivo, que en sus inicios eran paupérrimas. Sobre todo con canciones energéticas, con mucha melodía vocal e instrumental, riffs sencillos pero poderosos y sobre todo una mezcla acorde a lo que se quiere escuchar. Logran, en definitiva, un rock denso y por momentos confuso, con una fascinación por riffs de una cuerda y una distorsión clara pero pesada.

Se ha vuelto una especie de costumbre en los discos de Taking Back Sunday incluir una a dos baladas (no más), y en el caso de New Again, estas baladas encuentran asilo en Where My Mouth Is, una balada power pop, y Everything Must Go, el track más melancólico en todo el álbum, una canción semi-épica, introspectiva y un tanto oscura, que carece de conclusión. Ninguna de las dos es melosa, lo cual es interesante para una banda que siempre ha dependido de un público joven para sobrevivir. Crecer al lado de los fans de siempre es tal vez otra de las metas de la banda.

Definitivamente New Again le hace honor a su nombre. Queda muy poco del Taking Back Sunday que cautivó a los emos de principios de siglo, con sus letras irónicas y exageradas, y ahora pueden presumir de una técnica musical mucho más depurada. Es como si se tratara de un renacimiento, aunque no lo es tal, ya que se escuchan muchos hints del disco pasado que quedaron vigentes en éste. Es un buen paso para Taking Back Sunday, pero dada la evolución es difícil distinguir cuál será el siguiente paso de estos músicos que, definitivamente, crecen poco a poco, como el vino, mientras el tiempo pasa. Deja dudas emocionantes y arriesgadas para el futuro.

Tracks recomendados: New Again, Lonely, Lonely, Swing, Where My Mouth Is, Catholic Knees, Carpathia, Everything Must Go.

4/5

Jarvis Cocker - Further Complications

Jarvis Cocker está de vuelta y con el álbum más rockero que ha hecho en toda su carrera. Tres años nos hizo esperar desde su primer disco solista, y la espera sin duda ha valido la pena. Further Complications presenta un giro de 180 grados con respecto a su antecesor Jarvis (2006), en el cual reinaban los temas melódicos, repletos de pianos, marimbas y demás teclados que alegraban o deprimían el espíritu, acompañados de uno o dos tracks más rockeros, como Fat Children, segundo sencillo de aquel álbum.

En este caso, los tamborazos y las distorsiones se hacen notar durante la mayoría de las canciones, dejando la tranquilidad del disco anterior regada en sólo un par de tracks. Por otro lado, Cocker no abandona por completo sus raíces disco y las concentra en You’re In My Eyes, el tema menos afortunado de todo el álbum.

Fiel al estilo de Jarvis, las letras están meticulosamente adornadas con juegos de palabras que en ocasiones dejan ver esa ingenuidad intencional y coqueta que caracterizaba sus años como líder de Pulp. El cuarto track, Leftovers, tiene una narrativa que inmediatamente me hace recordar Common People, entrañable éxito del disco más importante de la banda inglesa.

La producción estuvo a cargo de Steve Albini, famoso por haber producido álbumes enormes de rock (In Utero de Nirvana, Surfer Rosa de los Pixies y Rid Of Me de PJ Harvey, por mencionar tres de los más trascendentes) y por su filosofía de dejar a la banda hacer lo suyo sin estorbar la armonía natural de los músicos en conjunto. Lo interesante es que en este caso la filosofía no sirvió de mucho, porque no se enfrentaba a una banda, sino a un curioso personaje solitario acompañado de músicos salidos de distintos rincones. Así que, en cierta forma, este disco podría ser la producción de Albini en la que más se nota su mano detrás de los controles, aunque haya sido en contra de sus propios principios. Una afortunada contradicción, si me preguntan.

Hasta ahora (después de escucharlo siete veces) los tracks que me parecen más representativos de Further Complications son: Pilchard, Angela, Caucasian Blues y Fuckingsong.

La toxicidad del aire

The Airborne Toxic Event - The Airborne Toxic Event



Esta banda confirma que el área de Los Angeles es casi igual de productiva musicalmente como Londres. Con su disco homónimo debutan en la escena indie rockera de Estados Unidos. Su popularidad, sin embargo, como sucede muchas veces con bandas fuera del espectro rockero típicamente estadounidense, como The Strokes, The Killers, Silversun Pickups, Cold War Kids, We Are Scientists y otras, han pegado mucho más en tierras británicas antes que en tierras estadounidenses, donde aparentemente están más al pendiente de Miley Cyrus y Kanye West.

Una de sus primeras exposiciones al público masivo fue la inclusión de Gasoline en la versión del 2009 de la popular serie de juegos FIFA. Cada soundtrack de esta serie va ligado a una extensiva búsqueda de lo que parece ser serán los talentos musicales del futuro. En estos juegos han aparecido bandas como MGMT, Bloc Party, Mañana, Kings Of Leon y Kinky.

TATE es una mezcla de sonidos que van desde The Strokes hasta The National y Arcade Fire, en un sonido que no es para nada nuevo pero que siempre cae bien. Es difícil encontrar música indie que explore sonidos distintos a los que ya se han publicado, sin embargo, por alguna razón, suena fresco y alegre.

Los orígenes de esta banda son peculiares. Mikel Jollet, el vocalista y guitarrista rítmico, inició esta banda con Daren Taylor, el baterista, tras enterarse de que tenía una rara enfermedad genética, antes de lo cual había roto con su novia y su madre había sido diagnosticada con cáncer, en un espacio de tan solo una semana. Esta serie de eventos desembocó el transformar su novela en un disco, tras darse cuenta que su prosa eran más bien canciones. El dúo se convirtió en quinteto, tras la unión del bajista Noah Harmon (con un título en jazz), la violinista Anna Bullbrook (con formación clásica) y Steven Chen, el guitarrista líder.

El nombre de la banda también recuerda el pasado literario de Jollet, ya que está extraído de White Noise, una novela hecha en 1985 que, mediante la metáfora de veneno en el aire, criticaba al consumismo y al control por parte de los medios. Jollet ha aparecido en diferentes publicaciones ya que era un escritor freelance que lo mismo trabajaba para el Los Angeles Times que para Men's Health.

TATE debuta con su disco homónimo, un disco de diez canciones que suele pasarse demasiado rápido. Las canciones cambian entre sí, manteniendo la línea general pero así logrando que no suene a algo repetitivo, monótono y viejo, sino todo lo contrario. Lo mismo suenan a los Strokes (Happiness Is Overrated), que a The National (Sometime Around Midnight), que a Arcade Fire (Innocence), las tres referencias obligadas tras una primera lectura del álbum.

No hay mucho más que analizar, es una banda indie que suena a muchas otras, sin embargo, es difícil entender por qué tras varias participaciones en lugares importantes (TV, Coachella, una elección de Adam Clayton de U2 en un programa radial) siga siendo una banda relativamente desconocida, cuando bandas como Crystal Castles han logrado armar un hype mucho mayor siendo bandas de mucha menor calidad.

Ahi escuchen y decidan. Yo, por lo pronto, recomiendo este disco.
Tracks recomendados: Gasoline, Sometime Around Midnight, Innocence, Happiness Is Overrated, Wishing Well.