domingo, noviembre 30, 2008

El Club de los Corazones Rotos

Por: Joseto Solís


El Club de los Corazones Rotos

Alguna vez leí que para escribir una canción pop simplemente había que recurrir a la decepción y ahí se encontraría una fuente inagotable de inspiración. Y si la decepción no resulta suficiente, con añadirle un poco de despecho y reproche tendríamos una mezcla para hacernos toda una discografía.

Con apenas unas semanas de diferencia, han salido al mercado dos discos concentrados con decepción y corazones rotos. El primero, Funhouse (LaFace, 2008) de P!nk presenta a la rebelde princesa del pop divorciada y con más ganas de pelea que nunca. Su matrimonio de menos de dos años con el corredor de motocross Carey Hart es el material con el que la cantante escribió cada una de las doce canciones del álbum.

En su pegajoso primer sencillo So What declara "I guess I just lost my husband... So what? I'm still a rock star!" haciéndonos creer que está mejor así y sin embargo el resto del disco prueba exactamente lo contrario. Canción tras canción P!nk se muestra como una mujer que debajo de esas chillantes guitarras y baterías explosivas lo único que quiere es recuperar a su marido (Please Don't Leave Me), olvidar los errores cometidos (Mean) y en la tranquila canción final, Glitter In The Air, hacerse a la idea de que el amor terminó. Por ahora.

A pesar de las letras a momentos cursis y repetitivas, la producción en general es la esperada de un disco de P!nk: arreglos pop con influencias de rock, R&B y hasta folk. Este último trabajo sigue la línea de sus producciones anteriores que le sacan provecho al escándalo, para prueba basta el video de su más reciente sencillo, Sober, donde vemos a P!nk con, bueno, P!nk en una cama haciendo lo que muchos se han imaginado y ahora pueden ver.

El más reciente agregado al club de corazones rotos es 808’s & Heartbreak de Kanye West (Roc-A-Fella/Island Def Jam, 2008). Con la premisa de componer canciones con melodías más cercanas al pop que al rap y el uso de la caja de ritmo Roland TR-808, West presenta once canciones que detallan su último año: la muerte de su madre, el rompimiento con su prometida y el escrutinio cada vez mayor de la prensa. Atrás quedó su trilogía universitaria, ahora son sus reflexiones sobre la soledad y el dolor cantadas con Auto-Tune, las que llenan con su producción minimalista este disco.

West acierta en el uso del Auto-Tune (actualmente usado en la mayoría de las canciones pop recientes gracias a Believe de Cher) para transmitir su mensaje: una voz afligida y solemne nos lleva desde el comienzo a cuestionar la sinceridad del amor fallido. Los ritmos del TR-808 aumentan la sensación de un corazón que va latiendo cada vez más aprisa sin rumbo fijo.

Si The College Dropout mostró a West un tanto fanfarrón e inexperto y Graduation a uno más fanfarrón e inmerso en su propia fama, 808’s presenta a un artista en búsqueda de satisfacer su necesidad creativa en lugar de alimentar a un género que parece dar vueltas alrededor de sí.

Dos discos que, si bien uno prefiere no alejarse de lo que vende (el título original de Funhouse era Heartbreak is a Motherfucker luego cambiado por su disquera para evitar censura) y el otro rompe completamente con lo esperado, presentan dos interpretaciones de que un corazón roto siempre dará tela de donde cortar.

Lo mejor de Funhouse: One Foot Wrong, Funhouse.

Lo mejor de 808’s & Heartbreak: Love Lockdown, Heartless, RoboCop.

3 comentarios:

Lucheto dijo...

luego, en guionismo te dicen de esa quote. no recuerdas quien lo dijo, pero si lo qeu dijo "hay solo 3 temas de los cuales escribir". El corazon es uno

J0S3T0 dijo...

De hecho esa frase la leí en una entrevista. Le preguntaban a esta compositora qué sentimiento era el más fácil de transmitir a través de una canción, a lo que respondió que la decepción es un sentimiento que todos experimentamos.

Carly the Beat dijo...

yo diario soy miembro de esos clubes. buuu.

saluditos tocayo!
ya te puse en los links de mi blog

= )